Todo el personal muy amable. Algunos hablaban inglés mejor que otros. La limpieza en los cuartos muy buena. Incluso llegamos a observar cuando hacían la limpieza de un cuarto y veíamos que se empeñaban en aspirar a fondo y limpiar muy bien. Estuvimos en varias habitaciones diferentes. En algunas escuchábamos algo de ruido de la calle. Todas las habitaciones son pequeñas pero hay unas diminutas donde la regadera es pequeñísima, donde lavarse la parte baja del cuerpo representa todo un desafío porque uno simplemente no cabe. El desayuno estuvo muy bien, había diario vasitos con huevo (revuelto cocido termino medio a 3 cuartos), salchichas de cocktail con tocino, diferentes panes y croissants, mermeladas, mantequilla, queso crema, barritas de queso emmental, cereales, yoghurt, fruta fresca, fruta molida (tipo comida de bebé), pan salado y carnes frías, mantequilla, leche, jugo y café. Todo el desayuno para servirse uno mismo y sin límites. Es un hotel ideal para llegar a dormir, desayunar y pasar todo el día en la calle