Una residencia, (no hotel), con servicio de limpieza de habitaciones, recepción y comedor para desayunos, encantador, decorado con gusto, situado a pocos pasos de la plaza Navona y a diez minutos a pie del Vaticano.
El personal del hotel, superagradable y atento, las habitaciones amplias y limpias, con una cama muy cómoda y un baño bien equipado, (aunque un poco pequeño), supongo por que es un antiguo palacio restaurado.
Un lugar perfecto para parejas que quieran hacer una escapada romántica y pasear por el centro de roma sin necesidad de coche ni transporte publico.
El único pero seria la falta de ascensor, pero supongo que será el inconveniente de alojarse en un antiguo palacio en el centro histórico de Roma