Debido a que el alojamiento estaba en el mismo puerto de Génova, la llegada a él en el coche fue frustrante. Aunque debo decir que, por las fechas de la estancia, había muchos automóviles pendientes de hacer el viaje a Marruecos, lo que me permitió aparcar como si fuera uno más y, así, no tener que pagar por un parking privado.