Sin duda el mejor hotel rural de Galicia , y he estado en muchos .
Flor y su marido son encantadores , te hacen sentir como en casa, te ayudan en todo . Nosotros llegamos tarde y aunque no sirven cenas , Flor nos ofreció todo lo que pudo .
La habitación increíble, el colchón es como dormir en las nubes .
El desayunado es increíble , todo buenísimo, natural , casero .
La decoración muy cuidada , un 10 en limpieza .
Flor nos dio un regalo detalle al marcharnos .
Sin duda volveremos y repetiremos todo lo que podamos .
El entorno es ideal , relajante , bonito .
Se nota que lo hacen todo de corazón.