Todo en general me pareció exelente, empezando con el personal del hotel, en recepción Arturo y Anahí fueron muy amables y atentos a nuestras necesidades, igualmente los de cocina y meseras, el desayuno, muy bueno, con sabor casero, la ubicación céntrica literal en la esquina del hotel se veía la catedral vista espectacular de noche, en lo que se refiere a tranporte público, saliendo del hotel salen combis para diferentes puntos de la ciudad.
Habitacion y baño limpios, pequeños pero cubren las necesidades.
Muchos opciones al rededor donde comer.
Regresariamos a hospedarnos en el mismo hotel sin buscar otras opciones definitivamente.