La habitación estaba llena de polvo, no se había limpiado,el mobiliario con polvo notable.
Tuvimos que desmontar los filtros del aire tras el caso omiso de la recepcionista falta de empatía y un ápice de descaro por su parte ante nuestra queja por la falta de refrigeración estando a 41 grados en la calle..y tras eso, pudimos observar que la falta de refrigeración se debía a dos dedos de polvo en dichos filtros..
A la hora de ducharnos, tuvimos que pedir jabón para rellenar el de la ducha, porque tampoco habían tenido en cuenta ese "pequeño" detalle..
Por decir algo positivo, la situación geográfica es ideal para recorrer la ciudad andando, conseguimos el hotel mediante una oferta, pero visto lo visto, hasta con ese precio ( menor a 65€) me parece caro.