El desayuno contaba con muy pocas opciones y poca cantidad de cada producto. Todavía peor ha sido tener que esperar a que apareciera alguien para pedir que repusieran algo tan básico como pan, aceite, jamón, agua, vasos, etc. He estado varios días y esto ha sido recurrente todos los días. Otra cosa es que solo dan para utilizar un solo plato, no hay posibilidad de coger otro salvo que expresamente lo pidas. En la habitación no reponen los productos (aseo o papel higiénico) salvo que lo pidas expresamente. Esto, en mi opinión, es por el servicio poco profesional que tiene este hotel. Reconocer que el hotel está muy bien situado, cuenta con unas instalaciones y entorno excelente pero lo comentado antes añadido a que desplazarse dentro del establecimiento, por lo singular que es, no es fácil y mucho menos con maletas deja la experiencia con un bajo nivel de satisfacción. Para un hotel como este, con pretensiones, el servicio global se queda un un quiero y no puedo.