Tuvimos una experiencia agridulce en el hotel. Por un lado, merece una mención aparte el desayuno que es espectacular, muy variado, con opciones vegetarianas, veganas y sin gluten, muy rico y con personal muy atento. Las instalaciones y los cuartos están muy bien también. Sin embargo, tuvimos detalles menores, como que de repente se llevaban la toalla para las manos y no dejaban un repuesto o que el control de la tele no servía. Lo más grave fue que mi hermana está totalmente segura que un día dejó sus audífonos en su mochila, ese día al volver, se percató que no estaban y pudo rastrearlos a los suburbios de Lisboa. Avisamos inmediatamente en recepción y, en un principio, no supieron qué decirnos, solo que investigarían. Más adelante nos dijeron que los habían encontrado y que se habían ido con la ropa de cama por accidente a la lavandería que se encarga de lavar la ropa del hotel. En principio, mi hermana estaba segura de que los audífonos no estaban sobre la cama sino guardados en su mochila, pero además le pareció que no habían cambiado las sábanas de la cama ese día. Al final, nos entregaron los audífonos, pero nos quedó la impresión de que algo más había pasado.