Habitación básica, pero correcta y limpia. Desde la entrada del hotel, hasta la habitación había un olor fortísima cómo a perro mojado, o humedad... No sé lo que era, pero olía muy mal.
Los suelos de las habitaciones creo que son de madera. Se escuchaba TODO :-) , pero tampoco era muy ruidoso excepto horas puntuales.
El trato con el dueño fue bueno. Cuando llegamos no había nadie, pero llamamos al número de teléfono de la puerta y nos dio toda la información para entrar.
El hotel está enfrente de una estación de tren, así que hay el típico ambiente de una estación de bus/tren. Por otro lado, el centro está a 10 minutos andando. Aparcar sin pagar no es fácil. Había mucha gente en Quimper.
El hotel está muy lejos de ser un 8, le daría un 6. Correcto para visitar la ciudad y bien de precio.