Un hotel pequeño, pero grande en servicio, calidad humana en el servicio al cliente, un personal sumamente servicial y pendiente al detalle. Las camas cómodas, el cuarto y baño limpios. Excelente para el alojamiento con mi mascota, un hotel Pet Friendly. Me gustó todo y el servicio de Jessica y Andrea fue 5 estrellas. Les recomiendo almorzar en el restaurante Dulce Salado, la sopa de calabaza estaba exquisita y el risotto con pescado a otro nivel. Siempre tienen café recién preparado en las mañanas. Definitivamente ha sido el lugar perfecto para esta escapada.