Nuestra experiencia en este hotel dejó mucho que desear. El servicio en general fue lento, poco coordinado y con escaso personal, especialmente en el valet parking, donde cada día había algún problema con el coche. En el restaurante, el trato fue cortante y poco amable; notamos una actitud despectiva, probablemente porque el desayuno estaba incluido. A pesar de ello, dejamos propina generosa ambos días, pero el servicio no mejoró. Además, el aire acondicionado no funcionaba adecuadamente, y el servicio a la habitación nos pareció excesivamente caro para la calidad ofrecida. Incluso por pedir botellas de agua nos cobraron mucho más de lo razonable.