Ya me había hospedado antes en este hotel y me había parecido muy lindo; sin embargo, esta vez cuando me entregaron la habitación, era de una zona diferente, el mobiliario era viejo, y la calidad del cuarto se veía considerablemente menor. Cuando hice esta observación en la recepción, me dijeron que era correcto, que la habitación que reservé esta vez era del hotel original, que ya tenía algo de tiempo, y que las habitaciones del otro lado, eran las suites con un precio mayor por ser nuevas. La televisión tenía quemada la pantalla y no servía el volumen; la temperatura de la regadera era difícil de regular y nos terminamos bañando con agua fría, y durante toda la noche se estuvo escuchando un ruido en el techo como de maquinas operando.
Mientras estaba comentando estas fallas en la recepción, la chica que me atendía de repente se volteó a hablar con otro huésped y me dejó hablando sola. Le comenté que entonces lo pondría por escrito y con actitud arrogante me dijo “ok”.
De haber tenido una imagen bonita del lugar, ahora estoy segura de que no regresaremos.
Me sentí decepcionada, frustrada con las múltiples fallas de la habitación y molesta por la pésima actitud del personal.