Nos ha encantado el hotel! Esta en un pueblecito con vistas al lago Thunersee y las montañas detrás, hay un super a menos de 5 minutos andando y tiene parada de bus justo al salir del hotel. Nuestra habitación tenía unas vistas preciosas y era enorme, con dos estancias distintas. Lo único a tener en cuenta es que la iglesia está justo al lado, y el reloj de la torre suena a cada cuarto de hora entre las 6 de la mañana y las 11 de la noche aproximadamente. A mi no me supuso ningún problema, pero a alguien muy sensible a los ruidos igual le molesta.